viernes, enero 25, 2008

Cátedra dominical Agosto 17, 2003.

Glorificado sea el Altísimo una vez más….

Glorificada su presencia en los pensamientos de nuestro amado Maestro por que él viene y se acerca a este plano de conciencia a adoctrinar a esta tierra oscurecida y envuelta en sombras.

La luz no ha llegado a nuestras mentes por que hemos descendchrist1ido fuera del camino de la verdad y nos hemos introducido en el sendero de las pasiones, por que hemos tratado de caminar por aquellos parajes que nosotros mismos hemos marcado y que en muchas ocasiones no están a la par con la voluntad de mi Padre Santísimo….

Caminos que nos retiran de la verdad, por que cuando el hombre se introduce en sus pasiones, cuando existe la inconformidad y el ser prefiere buscar lo que realmente no debe de encontrar, nuestro Padre Santísimo con toda su infinita bondad nos llama y trata de introducirnos por el camino de la verdad; un camino de luz donde todo es claro, perfecto, donde la palabra bendita del Altísimo nos la viene entregando con el único fin y propósito de que nosotros en esta tierra podamos conocer mejor a nuestro Supremo Creador.

Nos conduce por un camino verdadero, un camino donde no tengamos que padecer y sufrir ni vayamos cometiendo los errores que los demás cometen, ¿pero cuantos de nosotros preferimos seguir en su camino?, ¿cuántos hemos pasado por este bendito recinto de amor y hoy nos encontramos viviendo nuestra propia vida? Por que para ellos han sido más importantes las cosas del mundo que las cosas de mi Padre DIOS….

Nuestro Maestro en el segundo tiempo nos vino a entregar un camino que no fue entendido, en el que la primera palabra que se debía de conocer era el amor.

Una época difícil en la que solamente existía el odio, el rencor, los celos, la envidia, solamente la búsqueda del poder, en la que solamente las pasiones, el sexo, los denarios y todo aquello que el hombre podía expresar de su corazón, era la base principal de la vida y veamos como en este tercer tiempo prácticamente estamos hablando de la misma época por que son las mismas cosas por las que el hombre se mueve, por las que el hombre cae, son las mismas situaciones en la cual el ser humanos se enfrenta día con día…. Y que en aquel segundo tiempo cuando nuestro amado Maestro estuvo con nosotros, existía un conocimiento tan pequeño de lo que realmente era la voluntad de nuestro Padre Santísimo.

El ser humano decía seguir a DIOS y nuestro Maestro nos ha dicho que todo lo que estaba escrito antes de su venida estaba transgiversado, por que el hombre se movía bajo sus deseos y no la voluntad del Altísimo y por ello tuvo que venir a esta tierra planetaria para esclarecer aquella supuesta verdad que se estaba entregando y que se decía provenía de nuestro Padre DIOS…nuestro Maestro nos dice que él venía y que él era el rey, pero no de un reino al que nosotros estamos acostumbrados donde existen consortes, donde se ven pilares recamados de oro, grandes salas con príncipes, duques y seres que siempre están tratando de agradar a aquel gobernante; sino que su reino era espiritual, un reino donde se encontraba nuestro Padre gobernando y jamás pudimos entender el por qué de su palabra…el hombre esperaba que nuestro Maestro siendo el Mesías esperado, por que estaba escrito que tenía que venir de la casa de David, para que pudiera gobernar sobre el pueblo de Israel y conducirnos a la libertad y justicia que merecían como pueblo elegido…en aquellos momentos en que el pueblo estaba agobiado por la tiranía del emperador romano bajo la mano de los cesares, que no permitían que ningún ser se manifestara en contra de aquel gobierno y si así lo hacían eran desaparecidos, muertos, sacrificados y no había quien pudiese reclamar tales injusticias….

Nuestro Maestro se hace presente en aquel momento en la que el pueblo con gran necesidad deseoso estaba de ayuda y al mirarlo en una ocasión le preguntan “¿eres acaso tú (vos) el que se dice venís a entregarnos una verdad?”, preguntándole a uno de los apóstoles y ellos le contestaban al pueblo que la palabra era proveniente de nuestro amado Maestro y entonces aquella multitud se acercaba a “Jesús” y le cuestionaron. ¿Eres acaso tú el hijo de David que nos viene a dar la liberación?

De cierto y en verdad os digo que vosotros lo habéis dicho….aquéllas palabras alentaban al pueblo a sentir que era el momento y que tenían que prepararse, unificar sus fuerzas para poder así liberar el pueblo de Israel de aquellas fuerzas invasoras, por que llegado era el momento en la que DIOS, el DIOS de Abraham habría de liberar a su pueblo, como lo hiciese un día sacando a aquellos del pueblo donde se encontraban en la esclavitud bajo el yugo de la nación egipcia… y así el pueblo sintio el coraje y la necesidad de prepararse para la guerra y sin embargo nuestro Maestro les dijo: de cierto y en verdad os digo que mi verdad es amor y mi palabra es de bondad y justicia por que justo es mi Padre Santísimo.

Yo no vengo a entregar la palabra con la que quereis (quieres)herir para vosotros (ustedes) encontrar la libertad por la fuerza y el martirio, si no que Yo os digo; “Bienaventurado aquel que creé en mi, aún sin verme”, “Bienaventurado aquel que bendice a su enemigo y le pide a mi Padre Santísimo para que le de luz en su mente” “Bienaventurado aquel que cree en el Hijo de DIOS que esta presente ante vosotros (ustedes)” “Bienaventurado aquel que es manso y humilde de corazón” y así nuestro amado Maestro comenzó a adoctrinar al pueblo y a decirles la base principal por la cual nuestro Padre Santísimo le había enviado, por que era para conducir al pueblo hacia la salvación de sus equivocaciones, para que se dejara de sus envidias, de los rencores y de todo aquello que decís ser vuestro (tú, tuyo de ustedes)enemigo

Por que a ese habría que perdonarsele, habría que bendecirle, habría que pedir por él y que sobre todo que la humildad de (tú) vuestro corazón fuera tan grande como para poder comenzar a dejar atrás todo ello en ese mismo instante.

Pero he ahí la soberbia, el minimo entendimiento en la mente de los hombres por que no tuvieron el suficiente amor a DIOS, los hombres comenzaron a decir que quién era ese que decía ser el Hijo de DIOS, que venía a traer un mensaje equivocado, cuando ellos bien sabian que el Mesías tenia que liberar al pueblo de la opresión y del yugo esclavizante.

“Más de cierto y en verdad os digo, que Yo soy el Hijo de DIOS” “Yo soy aquel que en el principio estuvo siempre y que ha estado ante la presencia de mi Padre DIOS, por que por mí se han creado los cielos y planetas; por que por mí se ha creado todas las cosas que ves…

pero sois vosotros los que no me habéis conocido y no me has conocido por que no queréis conocer al Padre y de cierto os digo que si quereís conocer al Padre tendréis que conocer al Hijo, por que el Hijo conoce al Padre y el Padre conoce al Hijo… y si el Hijo se encuentra ante vosotros podeís conocer al Hijo y al Padre por que soy uno mismo.

Pero yo no vengo a entrgaros una enseñanza donde vas a encontrar la fuerza y la libertad como creeís, si no que vengo a entregar la palabra de DIOS y comenzar vosotros a decir;

Bienaventurado aquel que ha venido a entregarme la palabra.

Bendito sea mi Padre Santísimo que me da la oportunidad de un nuevo día, aun cuando sintáis pena y dolor; y cuantos de vosotros decís, bendito sea el dolor que me hace voltear hacia el cielo para ver a mi Padre DIOS.

¿Y que decis vosotros?... este que se dice Hijo de DIOS como dice que tengamos que bendecir el dolor, cuando el dolor es de despreciar.

“Y yo os digo, que si en verdad conocieras la palabra de DIOS, podrias compensar vuestros sufrimientos, vuestras penas, vuestras amarguras y vuestros sufrimientos co la fe y la pacificaciòn en el corazòn y asì podrias sentir que a cada momento mi Padre Santìsimo està con vosotros. Pero vosotros querèis salir y destruir…y yo os digo que el reino de mi Padre no se encuentra donde vosotros lo querèis encontrar…

cuantos quereis sacar vuestra espada, enterrarla en el cuerpo del que dices es tu enemigo por que decis que mi Padre Santìsimo os lo habra de entregar …. Màs yo os digo por que esa es la verdad del Padre amoroso que me ha enviado a adoctrinarlos; ama a vuestro enemigo, no lo dañes.

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